domingo, 13 de febrero de 2011

Treize (VI)


No quiero que me recuerden en un tarrito hortera por el cual los padres riñen a los niños por jugar en el salón. Tampoco que me dejen yacer en una postura que nunca me ha agradado para descansar, ni que me metan en un hueco como si me incluyesen en un archivo de despojos.

Entre mis últimas voluntades incluiré una absurda, porque ni sentiré ni padeceré. De todos modos, me conformaría con que alguien me diese su palabra para ser feliz en vida pensando que se cumplirá. Y es que quiero acabar de la misma manera en la que acabé la mayoría de las noches de mi vida.

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