miércoles, 24 de febrero de 2010

Comme une impulsion électrique


Recuerdo que fue durante el transcurso de esa mañana. Justo en el instante en el que la almohada empezaba a molestar. Recuerdo como el póster del Petit Prince se hacía pedazos y en su lugar aparecía lo que tiempo después logré entender.
Recuerdo haber llorado involuntariamente lágrimas de pintura. Eso fue lo mas extraño, ya que llevaba un tiempo viviendo sin ojos. Los perdí en algún lugar, y la costumbre me ayudó a estar sin ellos.
No puedo asegurar todos esos acontecimientos, pero de lo que sí estoy segura, es de que desde esa mañana llevo pintados los ojos más abiertos del planeta.

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